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Necesidades y propuestas de mejora en el SSPA

– Homogeneizar los requisitos y formas de tramitar la cobertura sanitaria (documentos específicos, envío por e-mail o presencial, entrega en CS o DS, etc).

– En los casos en que sea posible y para facilitar la tramitación, prescindir del requisito de empadronamiento individual cuando estén residiendo en un dispositivo de acogida institucional (por la demora del certificado).

– Insistir en la NO obligatoriedad de presentar el certificado de empadronamiento para solicitar la cobertura sanitaria también en caso de que las personas migrantes se encuentren en situación irregular. 

– Cuando se entrega la solicitud de cobertura sanitaria, facilitar el certificado de datos con el número de tarjeta (AN xxxxxx) y el EAP asignado.

– Homogeneizar los procesos de primera visita, especialmente las pruebas pertinentes (Mantoux, por ejemplo) y la expedición de certificados de no tener enfermedades infecciosas (certificados de convivencia), documentos necesarios para acceder a los recursos ofrecidos por el dispositivo de acogida.

– Establecer herramientas para garantizar la accesibilidad a la información por todos los servicios de salud andaluces y una homogeneización en el uso de términos. Como propuesta en este sentido se recomienda hacerlo:

  • A través de un gestor de informes crear un proceso en la historia (clip de proceso) utilizando una terminología común y en el que puedan colgarse las hojas de seguimiento.
  • Incluir los cuestionarios de evaluación inicial (triajes, check-list, etc.) en la hoja de seguimiento.
  • Facilitar indicadores para el uso del gestor de informes.

– Crear un repositorio de información actualizada de asistencia sanitaria a personas migrantes con documentos del SSPA y de sociedades científicas (a alojar en red ISIR o dónde se determine).

– Sopesar el alta temporal ya que no da acceso a servicios especializados y se expide factura si se requiere la intervención concreta de un servicio.

– Incorporar al mediador/a intercultural en los equipos sanitarios y en la Administración Pública. Actualmente este trabajo, fundamental para una atención de calidad, centrada en la persona y eficiente, recae prácticamente en las ONG y sus escasos recursos permiten cubrir sólo los casos más urgentes.

– Incorporar la figura profesionalizada del/a acompañante en el itinerario asistencial (primeras visitas, pacientes con discapacidad, visitas con información difícil, ingresos hospitalarios, visitas a CPD o CTA…) con competencias interculturales.

– Desarrollar y mejorar los servicios de teletraducción disponibles, ya que los/las médicos/as no los utilizan por implicar demasiado tiempo: los/las traductores/as no siempre están disponibles y faltan algunos idiomas necesarios.

– Formar en competencia intercultural a los equipos sanitarios para un diagnóstico correcto y para la eliminación de actitudes paternalistas, discriminatorias y prejuicios. Una historia médica correcta es fundamental para poder ser asistido por razones humanitarias si se deniega el asilo o para financiar gastos sanitarios.

– Agilización y/o priorización de las citas para consultas especializadas de personas solicitantes de protección internacional, en casos que requieren urgencia médica o por la presentación de certificado en plazo.

– Reforzar recursos en salud mental comunitaria y hospitalaria y la formación en competencia intercultural de los equipos. La demora en las citas apenas cubre la demanda en población especialmente vulnerable por trauma, ausencia de red familiar/social, y situación socioeconómica.

– Establecer una estructura de trabajo en red que mejore la coordinación entre CS y ONG (por ejemplo, mesas de participación ciudadana, reuniones regulares, etc).

Creación de un grupo motor

Como propuesta para mejorar la coordinación se recomienda la creación de un grupo motor dentro del distrito bajo la dirección asistencial del DAP o AGS.

Este grupo motor estaría integrado por: representantes de los equipos directivos de los CS implicados (la dirección médica, la de cuidados y la de los servicios de atención a la ciudadanía), el/la responsable de atención a la ciudadanía del DAP o AGS y profesionales de epidemiología, promoción de la salud y participación comunitaria, para trabajar con los responsables de las ONG o entidades de acogida. Este trabajo previo facilitaría la coordinación a nivel local entre equipos de AP y ONG.

Este modelo implicaría a la dirección asistencial en la detección de necesidades y en la planificación adecuada de la atención con medidas organizativas en los centros que la favorezcan: proporcionando formación y asesoramiento a los/as profesionales, estableciendo circuitos de derivación específicos con la atención especializada, etc.

En el modelo que se propone, a nivel del DAP o AGS, existiría ese grupo motor bajo la dirección asistencial (médica y de cuidados).

A nivel hospitalario, sería deseable establecer vías clínicas para acceso rápido para el diagnóstico y el tratamiento de determinadas patologías, como las enfermedades infecciosas o para el abordaje de problemas de salud mental específicos.

Existirían dos niveles de coordinación:

  • El del grupo motor
  • El nivel local, con el apoyo de los referentes de cada área y de la dirección asistencial.
 

En el nivel local, en las reuniones de coordinación, los responsables y los profesionales de los dispositivos de acogida deben conocer la organización del CS y su cartera de servicios. Igualmente, en el centro debe conocerse la realidad de los dispositivos de su área de referencia.

Además del conocimiento mutuo, se deberían establecer vías de comunicación rápida para detectar problemas organizativos o cambios en el perfil o en el número de usuarios para buscar alternativas para mejorar la atención.

Con la organización actual de la AP es difícil que haya un profesional médico que realice una primera consulta de acogida e inicie el examen de salud básico. Teniendo en cuenta esta realidad, el alta en la BDU debe implicar la asignación de un profesional médico y de enfermería, y una cita en consulta médica/pediatra/enfermería para una primera visita, dentro de su agenda normal.

La organización del centro debe permitir que se realicen pruebas complementarias, consultas sucesivas del médico y la enfermera, vacunaciones y captación para programas y actividades preventivas. Por ejemplo, el CS podría tener disponibles una consulta para la realización de pruebas de mantoux en días que faciliten la administración y la lectura correcta de la técnica, aprovechando el mismo día para realizar extracciones; o consultas de vacunas en las que los profesionales hayan estudiado y ajustado previamente las pautas correctoras a administrar a los pacientes citados.

También es útil que existan circuitos físicos dentro del centro identificables para todos los usuarios, que exista conocimiento y disponibilidad de herramientas para mejorar la comunicación rápida, como salud responde para consultas más planificadas y aplicaciones móviles o modelos de documentos con instrucciones previamente traducidos para las consultas a demanda más rápidas.

Así mismo, es importante establecer vías rápidas de intercambio de información entre el CS y los dispositivos de acogida para reducir todo lo posible los trámites administrativos presenciales, visitas innecesarias al centro y la pérdida de citas que se suelen producir por problemas de comunicación entre sanitarios y usuarios.

Facilitar la comunicación a todos los niveles es beneficioso para todas las partes, también para los/las profesionales del CS, que tienen que optimizar el tiempo al máximo y ser más eficaces en sus intervenciones. Y de forma paralela, todas las medidas organizativas mejoran la atención a todos los usuarios adscritos al centro.